Alá es quien elevó los cielos sin pilares visibles. Luego, se instaló en el
Trono y sujetó el sol y la luna, prosiguiendo los dos su curso hacia un término
fijo. Él lo dispone todo. Explica detalladamente los signos. Quizás, así, estéis
convencidos del encuentro de vuestro Señor.
Él es quien ha extendido la tierra y puesto en ella montañas firmes, ríos y una
pareja en cada fruto. Cubre el día con la noche. Ciertamente, hay en ello signos
para gente que reflexiona.
En la tierra hay parcelas de terreno colindantes, viñedos, cereales, palmeras de
tronco simple o múltiple. Todo lo riega una misma agua, pero hacemos que unos
frutos sean mejores que otros. Ciertamente, hay en ello signos para gente que
razona.
Si de algo te asombras, asómbrate de su palabra: «Cuando seamos tierra, ¿es
verdad que se nos creará de nuevo?» Ésos son los que niegan a su Señor, ésos los
que llevarán argollas al cuello, ésos los moradores del Fuego, eternamente.
Te piden que precipites el mal antes que el bien, aun habiendo precedido
castigos ejemplares. Tu Señor es el que perdona a los hombres, a pesar de su
impiedad. Pero también tu Señor es severo en castigar.
Los infieles dicen: «¿Por qué no se le ha revelado un signo procedente de su
Señor?» Tú eres sólo uno que advierte y cada pueblo tiene quien le dirija.
Tiene, por delante y por detrás, pegados a él, que le custodian por orden de
Alá. Alá no cambiará la condición de un pueblo mientras éste no cambie lo que en
sí tiene. Pero, si Alá quiere mal a un pueblo, no hay manera de evitarlo: fuera
de Él, no tienen amigo.
Por temor a Él, el trueno celebra Sus alabanzas, y los ángeles también. Él envía
los rayos y hiere con ellos a quien Él quiere, mientras discuten sobre Alá, pues
es fuerte en poderío.
La verdadera invocación es la que se dirige a Él. Los que invocan a otros, en
lugar de invocarle a Él, no serán escuchados nada. Les pasará, más bien, como a
quien, deseando alcanzar el agua con la boca, se contenta con extender hacia
ella las manos y no lo consigue. La invocación de los infieles es inútil.
Di: «¿Quién es el Señor de los cielos y de la tierra?» Di: «¡Alá!» Di: «¿Y
tomaréis, en lugar de tomarle a Él, a amigos que no disponen para sí mismos de
lo que puede aprovechar o dañar?» Di: «¿Son iguales el ciego y el vidente? ¿Son
iguales las tinieblas y la luz? ¿Han dado a Alá asociados que hayan creado algo
como lo que Él ha creado, al punto de llegar a confundir lo creado?» Di: «Alá es
el Creador de todo. Él es el Uno, el Invicto».
Ha hecho bajar del cielo agua, que se desliza por los valles, según la capacidad
de éstos. El torrente arrastra una espuma flotante, semejante a la escoria que
se produce en la fundición para fabricar joyas o utensilios. Así habla Alá en
símil de la Verdad y de lo falso: la espuma se pierde; en cambio, queda en la
tierra lo útil a los hombres. Así propone Alá los símiles.
Los que escuchen a su Señor tendrán , lo mejor. A los que no Le escuchen, aunque
posean todo lo que hay en la tierra y otro tanto y lo ofrezcan como rescate, les
irá mal al ajustar las cuentas. Su morada será la gehena. ¡Qué mal lecho...!
quienes tienen paciencia por deseo de agradar a su Señor, hacen la azalá, dan
limosna, en secreto o en público, de lo que les hemos proveído y repelen el mal
con el bien, ésos tendrán la Morada Postrera,
los jardines del edén, en que entrarán, junto con aquéllos de sus padres,
esposas y descendientes que fueron buenos. Los ángeles entrarán en donde ellos
estén, por todas partes:
Pero quienes violan la alianza con Alá después de haberla contraído, cortan los
lazos que Alá ha ordenado mantener y corrompen en la tierra, ésos serán malditos
y tendrán una Morada detestable.
Alá dispensa el sustento a quien Él quiere: a unos con largueza, a otros con
mesura. Se han regocijado en la vida de acá y la vida de acá no es, comparada
con la otra, sino breve disfrute...
Los infieles dicen: «¿Por qué no se le ha revelado un signo que procede de su
Señor?» Di: «Alá extravía a quien Él quiere y dirige a Él a quien se
arrepiente».
Así te hemos enviado a una comunidad que fue precedida de otras, para que les
recites lo que te hemos revelado, pero niegan al Compasivo. Di: «¡Es mi Señor!
No hay más dios que Él. En Él confío y a Él me vuelvo arrepentido».
Si hubiera un Corán en virtud del cual pudieran ponerse en marcha las montañas,
agrietarse la tierra, hablar los muertos... Pero todo está en manos de Alá. Los
que creen ¿no saben que si Alá hubiera querido habría puesto a todos los hombres
en la buena dirección? No dejará de alcanzar una calamidad a los infieles en
premio a sus obras o bien tendrá lugar cerca de sus casas hasta que se cumpla la
promesa de Alá. Alá no falta a Su promesa.
¡,Acaso Quien vigila lo que cada uno hace...? Con todo, han dado a Alá
asociados. Di: «¡Ponedles nombre! ¿O es que vais a informarle de algo en la
tierra que Él ignore? ¿O es sólo una manera de hablar?» Al contrario, a los
infieles les es engalanada su intriga y son apartados del Camino. Y aquél a
quien Alá extravía no podrá encontrar quien le dirija.
Imagen del Jardín prometido a quienes temen a Alá: fluyen arroyos por sus bajos,
tiene frutos y sombra perpetuos. Ése será el fin de los que temieron a Alá. El
fin de los infieles, empero, será el Fuego.
Aquéllos a quienes dimos la Escritura, se alegran de lo que se te ha revelado.
En los grupos, en cambio, hay quienes rechazan una parte. Di: «He recibido sólo
la orden de servir a Alá y de no asociarle. Llamo a Él y a Él vuelvo».
Así lo hemos revelado como juicio en lengua árabe. Si tú sigues sus pasiones,
después de haber sabido tú lo que has sabido, no tendrás amigo ni protector
frente a Alá.
Mandamos a otros enviados antes de ti, y les dimos esposas y descendientes.
Ningún enviado, empero, puede traer un signo si no es con permiso de Alá. Cada
época tiene su Escritura»
¿Es que no ven Nuestra intervención cuando reducimos la superficie de la tierra?
¡Alá decide! Nadie puede oponerse a Su decisión y es rápido en ajustar
cuentas...
Sus antecesores intrigaron, pero el éxito de toda intriga depende de Alá. Sabe
lo que cada uno merece y los infieles verán para quién es la Morada Postrera.