Así, os perdonará vuestros pecados y os remitirá a un plazo fijo. Pero, cuando
venza el plazo fijado por Alá, no podrá ya ser retardado. Si supierais...»
¡Señor! ¡Perdónanos, a mi y a mis padres, a quien entre en mi casa como
creyente, a los creyentes y a las creyentes! Y a los impíos ¡no hagas sino
perderles más!»