¿Es que no ven a cuántas generaciones precedentes hemos hecho perecer? Les
habíamos dado poderío en la tierra como no os hemos dado a vosotros. Les
enviamos del cielo una lluvia abundante. Hicimos que fluyeran arroyos a sus
pies. Con todo, les destruimos por sus pecados y suscitamos otras generaciones
después de ellos.
Si hubiéramos hecho bajar sobre ti una Escritura escrita en pergamino y la
hubieran palpado con sus manos, aun así, los que no creen habrían dicho: «Esto
no es sino manifiesta magia».
Dicen: «¿Por qué no se ha hecho descender a un ángel sobre él?» Si hubiéramos
hecho descender a un ángel, ya se habría decidido la cosa y no les habría sido
dado esperar.
Di: «¿A quién pertenece lo que está en los cielos y en la tierra?» Di: «¡A
Alá!», Él mismo Se ha prescrito la misericordia. Él os reunirá, ciertamente,
para el día indubitable de la Resurrección. Quienes se hayan perdido, no
creerán.
Di: «¿Tomaré como amigo a otro distinto de Alá, creador de los cielos y de la
tierra, Que alimenta sin ser alimentado?» Di: «He recibido la orden de ser el
primero en someterse a Alá y no ser de los asociadores».
Di: «¿Cuál es el testimonio de más peso?» Di: «Alá es testigo entre yo y
vosotros. Este Corán me ha sido revelado para que, por él. os advierta a
vosotros y a aquéllos a quienes alcance. ¿Atestiguaríais, de verdad, que hay
otros dioses junto con Alá?» Di: «No, no lo haría». Di: «Él es sólo un Dios Uno
y soy inocente de lo que vosotros Le asociáis».
Hay entre ellos quienes te escuchan, pero hemos velado sus corazones y
endurecido sus oídos para que no lo entiendan. Aunque vieran toda clase de
signos, no creerían en ellos. Hasta el punto de que, cuando vienen a disputar
contigo, dicen los que no creen: «Éstas no son sino patrañas de los antiguos».
Si pudieras ver cuando, puestos de pie ante el Fuego, digan: «¡Ojalá se nos
devolviera! No desmentiríamos los signos de nuestro Señor, sino que seríamos de
los creyentes».
Si pudieras ver cuando, puestos de pie ante su Señor... Dirá: «¿No es esto la
Verdad?» Dirán: «¡Claro qué sí, por nuestro Señor!» Dirá: «¡Gustad, pues, el
castigo por no haber creído!»
Perderán quienes hayan desmentido el encuentro de Alá. Cuando, al fin, de
repente, les venga la Hora, dirán: «¡Ay de nosotros, que nos descuidamos!» Y
llevarán su carga a la espalda. ¿No es carga mala la que llevan?
También fueron desmentidos antes de ti otros enviados, pero sufrieron con
paciencia ese mentís y vejación hasta que les llegó Nuestro auxilio. No hay
quien pueda cambiar las palabras de Alá. Tú mismo has oído algo acerca de los
enviados.
Y si te resulta duro que se alejen, auque pudieras encontrar un agujero en la
tierra o una escala en el cielo para traerles un signo,... Alá, si hubiera
querido, les habría congregado a todos para dirigirles. ¡No seas, pues, de los
ignorantes!
No hay animal en la tierra, ni ave que vuele con sus alas, que no constituyan
comunidades como vosotros. No hemos descuidado nada en la Escritura. Luego,
serán congregados hacia su Señor.
Quienes desmienten Nuestros signos son sordos, mudos, vagan entre tinieblas. Alá
extravía a quien Él quiere, y a quien Él quiere le pone en una vía recta.
Di: «¿Qué crees que iba a ser de vosotros si os viniera el castigo de Alá u os
viniera la Hora? ¿Invocaríais a otros diferentes de Alá? Sinceramente...»
Y cuando hubieron olvidado lo que se les había recordado, les abrimos las
puertas de todo. Cuando hubieron disfrutado de lo que se les había concedido,
Nos apoderamos de ellos de repente y fueron presa de la desesperación.
Di: «¿Qué os parece? Si Alá os privara del oído y de la vista y sellara vuestros
corazones, qué dios otro que Alá podría devolvéroslos?» ¡Mira cómo exponemos las
aleyas! Aun así, ellos se apartan.
Di: «¿Qué crees que iba a ser de vosotros si os sorprendiera el castigo de Alá
repentina o visiblemente? ¿Quién iba a ser destruido sino el pueblo impío?»
Di: «Yo no pretendo poseer los tesoros de Alá, ni conozco lo oculto, ni pretendo
ser un ángel. No hago sino seguir lo que se me ha revelado». Di: «¿Son iguales
el ciego y el vidente? ¿Es que no reflexionáis?»
No rechaces a quienes invocan a su Señor mañana y tarde por deseo de agradarle.
No tienes tú que pedirles cuentas de nada, ni ellos a ti. Y, si les rechazas,
serás de los impíos.
Así hemos probado a unos por otros para que digan: «¿Es a éstos a quienes Alá ha
agraciado de entre nosotros?» ¿No conoce Alá mejor que nadie a los agradecidos?
Cuando vengan a ti los que creen en Nuestros signos, di: «¡Paz sobre vosotros!»
Vuestro Señor Se ha prescrito la misericordia, de modo que si uno de vosotros
obra mal por ignorancia, pero luego se arrepiente y enmienda... Él es
indulgente, misericordioso.
Di: «Se me ha prohibido servir a aquéllos que invocáis en lugar de invocar a
Alá». Di: «No seguiré vuestras pasiones; si no, me extraviaría y no sería de los
bien dirigidos».
Di: «Me baso en una prueba clara venida de mi Señor y vosotros lo desmentís. Yo
no tengo lo que pedís con tanto apremio. La decisión pertenece sólo a Alá: Él
cuenta la verdad y Él es el Mejor en fallar».
Él posee las llaves de lo oculto, sólo Él las conoce. Él sabe lo que hay en la
tierra y en el mar. No cae ni una hoja sin que Él lo sepa, no hay grano en las
tinieblas de la tierra, no hay nada verde, nada seco, que no esté en una
Escritura clara.
Él es quien os llama de noche y sabe lo que habéis hecho durante el día. Luego,
os despierta en él. Esto es así para que se cumpla un plazo fijo. Luego,
volveréis a Él y os informará de lo que hacíais.
Él es Quien domina a Sus siervos. Envía sobre vosotros a custodios. Cuando, al
fin, viene la muerte a uno de vosotros, Nuestros enviados le llaman, no se
descuidan.
Di: «¿Quién os librará de las tinieblas de la tierra y del mar?» Le invocáis
humildemente y en secreto: «Si nos libra de ésta, seremos, ciertamente, de los
agradecidos».
Di: «Él es el Capaz de enviaros un castigo de arriba o de abajo, o de
desconcertaros con partidos diferentes y haceros gustar vuestra mutua
violencia». ¡Mira cómo exponemos las aleyas! Quizás, así comprendan mejor.
Cuando veas a los que parlotean de Nuestros signos, déjales hasta que cambien de
conversación. Y, si el Demonio hace que te olvides, entonces, después de la
amonestación, no sigas con los impíos.
¡Deja a quienes toman su religión a juego y distracción y a quienes ha engañado
la vida de acá! ¡Amonéstales por su medio, no sea que alguien se pierda por
razón de sus obras! No tendrá, fuera de Alá, amigo ni intercesor y, aunque
ofrezca toda clase de compensaciones, no se le aceptarán. Ésos son los que se
han perdido por razón de sus obras. Se les dará a beber agua muy caliente y
tendrán un castigo doloroso por no haber creído.
Di: «¿Invocaremos, en lugar de invocar a Alá, lo que no puede aprovecharnos ni
dañarnos? ¿Volveremos sobre nuestros pasos después de habernos dirigido Alá?»
Como aquél a quien los demonios han seducido y va desorientado por la tierra...
Sus compañeros le llaman, invitándole a la Dirección: «¡Ven a nosotros!» Di: «La
dirección de Alá es la Dirección. Hemos recibido la orden de someternos al Señor
del universo.
Es Él Quien ha creado con un fin los cielos y la tierra. El día que dice:
«¡Sé!», es. Su palabra es la Verdad. Suyo será el dominio el día que se toque la
trompeta. El Conocedor de lo oculto y de lo patente. Él es el Sabio, el Bien
Informado.
Cuando vio la luna que salía, dijo: «Éste es mi Señor». Pero, cuando se puso,
dijo: «Si no me dirige mi Señor, voy a ser, ciertamente, de los extraviados».
Su pueblo disputó con él. Dijo: «¿Disputáis conmigo sobre Alá, a pesar de
haberme Él dirigido? No temo lo que Le asociáis, a menos que mi Señor quiera
algo. Mi Señor lo abarca todo en Su ciencia. ¿Es que no os dejaréis amonestar?
¿Cómo voy a temer lo que Le habéis asociado si vosotros no teméis asociar a Alá
algo para lo que Él no os ha conferido autoridad? ¿Cuál, pues, de las dos partes
tiene más derecho a seguridad? Si es que lo sabéis...».
Le regalamos a Isaac y a Jacob. Dirigimos a los dos. A Noé ya le habíamos
dirigido antes y, de sus descendientes, a David, a Salomón, a Job, a José, a
Moisés y a Aarón. Así retribuimos a quienes hacen el bien.
No han valorado a Alá debidamente cuando han dicho: «Alá no ha revelado nada a
un mortal». Di: «Y ¿quién ha revelado la Eiscrituro que Moisés trajo, luz y
dirección para los hombres? la ponéis en pergaminos, que enseñáis, pero ocultáis
una gran parte. Se os enseñó lo que no sabíais, ni vosotros ni vuestros padres».
Di: «¡Fue Alá!». Y déjales que pasen el rato en su parloteo.
Es ésta una Escritura bendita que hemos revelado, que confirma la revelación
anterior, para que adviertas a la metrópoli y a los que viven en sus
alrededores. Quienes creen en la otra vida, creen también en ella y observan su
azalá.
¿Hay alguien que sea más impío que quien inventa una mentira contra Alá, o quien
dice: «He recibido una revelación», siendo así que no se le ha revelado nada, o
quien dice: «Yo puedo revelar otro tanto de lo que Alá ha revelado»? Si pudieras
ver cuando estén los impíos en su agonía y los ángeles extiendan las manos:
«¡Entregad vuestras almas! Hoy se os va a retribuir con un castigo degradante,
por haber dicho falsedades contra Alá y por haberos desviado altivamente de Sus
signos».
«Habéis venido uno a uno a Nosotros, como os creamos por vez primera, y habéis
dejado a vuestras espaldas lo que os habíamos otorgado. No vemos que os
acompañen vuestros intercesores, que pretendíais eran vuestros asociados. Se han
roto ya los lazos que con ellos os unían, se han esfumado vuestras
pretensiones».
Quien hace que el alba apunte, Quien hizo de la noche descanso y del sol y de la
luna cómputo. Esto es lo que ha decretado el Poderoso, el Omnisciente.
Y Él es Quien ha hecho, para vosotros, las estrellas, con objeto de que podáis
dirigiros por ellas entre las tinieblas de la tierra y del mar. Hemos expuesto
así los signos a gente que sabe.
Y Él es Quien ha hecho bajar agua del cielo. Mediante ella hemos sacado toda
clase de plantas y follaje, del que sacamos granos arracimados. Y de las vainas
de la palmera, racimos de dátiles al alcance. Y huertos plantados de vides, y
los olivos y los granados, parecidos y diferentes. Cuando fructifican, ¡mirad el
fruto que dan y cómo madura! Ciertamente, hay en ello signos para gente que
cree.
Han hecho de los genios asociados de Alá, siendo así que Él es Quien los ha
creado. Y Le han atribuido, sin conocimiento, hijos e hijas. ¡Gloria a Él! ¡Está
por encima de lo que Le atribuyen!
«Habéis recibido intuiciones de vuestro Señor. Quien ve claro, ve en beneficio
propio. Quien está ciego, lo está en detrimento propio. Yo no soy vuestro
custodio.»
No insultéis a los que ellos invocan en lugar de invocar a Alá, no sea que, por
hostilidad, insulten a Alá sin conocimiento. Así, hemos engalanado las obras de
cada comunidad. Luego, volverán a su Señor y ya les informará Él de lo que
hacían.
Han jurado solemnemente por Alá que si les viene un signo creerán, ciertamente,
en él. Di: «Sólo Alá dispone de los signos». Y ¿qué es lo que os hace prever
que, si ocurre, vayan a creer?
Aunque hubiéramos hecho que los ángeles descendieran a ellos, aunque les
hubieran hablado los muertos, aunque hubiéramos juntado ante ellos todas las
cosas, no habrían creído, a menos que Alá hubiera querido. Pero la mayoría son
ignorantes.
Así hemos asignado a cada profeta un enemigo: hombres endemoniados o genios
endemoniados, que se inspiran mutuamente pomposas palabras para engañarse. Si tu
Señor hubiera querido, no lo habrían hecho. ¡Déjales con sus invenciones!
«¿Buscaré, pues, a otro diferente de Alá como juez, siendo Él Quien os ha
revelado la Escritura explicada detalladamente?» Aquéllos a quienes Nosotros
hemos dado la Escritura saben bien que ha sido revelada por tu Señor con la
Verdad. ¡No seáis, pues, de los que dudan!
¿Qué razón tenéis para no comer de aquello sobre lo que se ha mencionado el
nombre de Alá, habiéndoos Él detallado lo ilícito -salvo en caso de extrema
necesidad-? Muchos sin conocimiento extravían a otros con sus pasiones. Tu Señor
conoce mejor que nadie a quienes violan la ley.