Él es Quien expulsó de sus viviendas a los de la gente de la Escritura que no
creían, cuando la primera reunión. No creíais que iban a salir y ellos creían
que sus fortalezas iban a protegerles contra Alá. Pero Alá les sorprendió por
donde menos lo esperaban. Sembró el terror en sus corazones y demolieron sus
casas con sus propias manos y con la ayuda de los creyentes. Los que tengáis
ojos ¡escarmentad!
No habéis contribuido ni con caballos ni con camellos a lo que, de ellos, ha
concedido Alá a Su Enviado. Alá, empero, permite a Sus enviados que dominen a
quien Él quiere. Alá es omnipotente.
Lo que Alá ha concedido a Su Enviado, de la población de las ciudades, pertenece
a Alá, al Enviado. a sus parientes, a los huérfanos, a los pobres y al viajero.
Para que no vaya de nuevo a parar a los que de vosotros ya son ricos. Pero, si
el Enviado os da algo, aceptadlo. Y, si os prohíbe algo, absteneos. Y ¡temed a
Alá! Alá castiga severamente.
A los emigrados necesitados, que fueron expulsados de sus hogares y despojados
de sus bienes cuando buscaban favor de Alá y satisfacerle, auxiliar a Alá y a Su
Enviado. Ésos son los veraces.
Los ya establecidos en la Casa y en la fe desde antes de su llegada, aman a los
que han emigrado a ellos, no codician lo que se les ha dado y les prefieren a sí
mismos, aun si están en la penuria. Los que se guarden de su propia codicia,
ésos son quienes prosperarán.
Quienes vinieron después de ellos, dicen: «¡Señor! ¡Perdónanos, a nosotros y a
nuestros hermanos que nos han precedido en la fe! ¡Haz que no abriguen nuestros
corazones rencor a los que creen! ¡Señor! Tú eres manso, misericordioso».
¿No has visto a los hipócritas, que dicen a sus hermanos infieles de los de la
gente de la Escritura: «Si os expulsan, nos iremos, ciertamente, con vosotros, y
nunca obedeceremos a nadie que nos mande algo contra vosotros. Y si os atacan,
ciertamente, os auxiliaremos»? Alá es testigo de que mienten.
Si son expulsados, no se irán con ellos. Si son atacados, no les auxiliarán. Y
aun suponiendo que les auxiliaran, seguro que volvían la espalda. Luego, no
serán auxiliados.
No combatirán unidos contra vosotros, sino en poblados fortificados o protegidos
por murallas. Sus disensiones internas son profundas. Les creéis unidos, pero
sus corazones están desunidos. Es que son gente que no razona.
Si hubiéramos hecho descender este Corán en una montaña, habrías visto a ésta
humillarse y henderse por miedo a Alá. Proponemos a los hombres estos símiles.
Quizás, así, reflexionen.
Es Alá -no hay más dios que Él-, el Rey, el Santísimo, la Paz, Quien da
Seguridad, el Custodio, el Poderoso, el Fuerte, el Sumo. ¡Gloria a Alá! ¡Está
por encima de lo que Le asocian!
Es Alá, el Creador, el Hacedor, el Formador. Posee los nombres más bellos. Lo
que está en los cielos y en la tierra Le glorifica. Es el Poderoso, el Sabio.